¿Por qué la forma del “culo” de las botellas de vino? -Pequeño manual de la botella de vino-

Todo amante del vino se ha hecho alguna vez la pregunta, pero ¿por qué esta forma extraña de las botellas de vino? Pequeñas, grandes, estilizadas o largas; las botellas de vino presentan formas muy variadas y algunos puntos en común que son curioso, como los llamados “culos de las botellas”. En este artículo desciframos todo lo que hay que saber acerca de las botellas de vino.

Primero que todo, un poco de historia. El vino es una bebida que data de mucho antes de la invención de la fabricación del vidrio y en particular del vidrio soplado. En un primer momento, se conservaba en ánforas de barro y luego en barricas de madera, hay que recordar que los vinos antiguos no eran destinados a envejecer. De una duración de vida de seis a ocho meses, estos vinos tenían poco alcohol y la mayor parte del tiempo eran mezclados con especias o con agua de mar para ayudar a su conservación. Los primeros contenedores en vidrio aparecieron en el siglo I a. C. en Oriente Medio pero por su rareza no se usaba para embotellar el vino. Fueron los romanos, hacia el Siglo IV de nuestra era, quienes los utilizaron para el vino, pero había que esperar hasta el Siglo XVIII para ver popularizada la botella en vidrio. Aunque es pesada y frágil, los productores descubrieron rápidamente -en cabeza de Château Haut-Brion- que el vidrio se mantenía totalmente inerte durante la conservación del vino, y que esta propiedad era indispensable para permitirle al vino evolucionar con el tiempo e incluso a veces mejorarlo. ¡Qué suerte! Es en este período cuando comienza realmente la gran historia de las botellas de vino y los vinos de guarda.

Comencemos por romper con un mito que ha sido ampliamente difundido. Se dice a menudo que la forma curva del “culo” de la botella -que técnicamente se llama la picada- es una señal de la calidad del vino. ¡Es totalmente falso! Esta forma fue creada únicamente por necesidades físicas: primero que todo, en esa época, la fabricación de las botellas todavía no se dominaba bien y era muy compleja la elaboración de una superficie plana; además, la estabilidad de la botella se mejora gracias a la picada pues traía más peso hacia el fondo de la botella; y finalmente, esta forma permite una resistencia más grande, entonces es muy útil para los vinos espumosos cuya presión puede subir hasta siete atmósferas. Hay una excepción que cuenta como un contraejemplo a esta regla: una botella de la cuvée* Crystal de la maison de Champagne “Roederer” creada en 1876 por el Zar Alexander II. En efecto, esta botella fue hecha especialmente en vidrio transparente con un fondo plano para satisfacer las exigencias paranóicas del Zar que tenía miedo de que le escondieran una carga explosiva en sus botellas.

Boteilla de Crystal Roederer (© Roederer)

Otro punto en común de las botellas de vino es el color, que generalmente es verde o marrón. No tiene nada que ver con la filtración de los rayos ultravioleta, de nuevo, se trata de una etapa en la fabricación. Las primeras vidrierías utilizaban las materias primas que había disponibles localmente y las arenas de las costas europeas le daban al vidrio desde un color verde hasta un color marrón. Por supuesto, hoy en día sabemos controlar el color del vidrio pero tradicionalmente, se utiliza la botella verde. Es cierto que una de sus ventajas es que protege el vino de luz pero si fuera la principal razón, ¿las botellas no deberían ser entonces negras? De nuevo, existen excepciones a esta regla y los vinos rosados, poco aptos al envejecimiento, usan botellas transparentes de manera que el consumidor pueda admirar su bello color.

¿Y qué de la capacidad de las botellas? Existe de nuevo un consenso y la mayoría de las botellas de vino contiene 75cl. ¿Por qué? Bueno, pues no tenemos ninguna evidencia sobre este aspecto. Hay muchas teorías que se han propuesto pero sin ninguna certeza. La más difundida tiene que ver con nuestros “amigos” los ingleses, grandes compradores de vinos bordeleses cuyo sistema imperial hace que la conversión métrica sea más complicada. Sin embargo, una caja (estándar) de seis botellas de 75cl equivale a cerca de un galón (redondeando la cifra), lo que hacía más simples las transacciones. Era probable también que el contenido de una botella haya sido determinado, de nuevo, por una obligación de fabricación: la capacidad pulmonar promedio de una persona que soplaba el vidrio. Todo esto se mantiene y seguramente se mantendrá como uno de los numerosos misterios del vino.

Otro misterio del vino, los nombres raros que tienen los distintos contenedores de diferente capacidad, que provienen casi todos de la Biblia.

Pero por supuesto, los productores quieren siempre ir más allá. Observen este video de la fabricación de la botella más grande del mundo (hasta este momento), ¡la Maximus, de 570 litros o 760 botellas!

Hay que tener en cuenta que los contenedores de tamaño grande son más apreciados para los vinos de guarda. En efecto, prácticamente por el mismo tamaño de corcho, hay más vino, lo que permite guardar sus botellas mucho más tiempo. Por el contrario, para los vinos espumosos, si los tamaños grandes son muy festivos, no son de ninguna utilidad y más bien se les debería, de modo a que no estén por encima de un magnum porque generalmente estos contendores están llenos de vinos espumosos fermentados en otras botellas.

Aparte de esos extraños puntos en común, las botellas tienen formas muy variadas en función de su origen. Entonces, ¿cómo se puede entender mejor? Sin ser de ningún modo exhaustivos, las botellas que están a continuación merecen ser citadas por su popularidad.

Es la botella bordolesa la celebridad entre todas. Sin ninguna duda es la imagen de los grandes vinos en el imaginario colectivo. Los hombros muy marcados de esta botella permitían en principio bloquear mejor el depósito de los vinos de guarda que lo contienen. Por supuesto, es usada para todos los vinos bordeleses (con excepción del Château Haut-Brion), y más generalmente usada para todos los vinos tintos de guarda, esta botella es la más usada en el mundo.

Su hermanita, la botella borgoñona, cuyos hombros son más escurridizos, es usada para todos los vinos de Borgoña y para casi la totalidad de los vinos originarios de la cepa Chardonnay. Esta botella muy reconocible es muy utilizada en el mundo.

La champenoise, forma legendaria y típica de los vinos de Champaña, es una botella pesada destinada a resistir la presión. Es una de las más célebres del mundo e infortunadamente, muy copiada por los otros vinos espumosos, confundiendo al consumidor.

Y finalmente, la provenzal es muy usada en el mundo para los vinos rosados. Botella con forma sensual que encarna el dominio del placer en el consumo de los vinos que contiene.

Otras botellas son famosas más por su originalidad que por su notoriedad. Es el caso por ejemplo, de la flauta alsaciana que es la única en ser protegida por un decreto, es decir que no puede ser usada en otros lugares más que en la apelación protegida de Alsacia y es obligatoria para los vinos de esta misma apelación. Otra botellita original, es el Clavelin, una hermosa botella usada en Jura que tiene la particularidad de contener solamente 62cl, es decir, la cantidad de vino después de la evaporación que sufre un litro de vino luego de su crianza en barrica de roble, durante los seis años y tres meses que como mínimo le impone la apelación de esta región. Esta parte del vino perdido se llama la “parte de los ángeles”.

Comprenderán entonces que con el respaldo de sus seiscientos años de historia, la botella de vino está llena de tradición, mitos y sorpresas. Si su forma no afecta la calidad del vino, no obstante, cada botella es diferente debido a la evolución de su contenido, es porque los expertos dicen: “no hay grandes vinos, solo hay grandes botellas”

*Cuvée : palabra francesea indicando un conjunto de vinos de la misma tipicidad